He acompañado a más de 800 personas en escuelas, fundaciones y entidades sociales de Barcelona, creando espacios donde la creatividad fluye libremente. Mis talleres no solo exploran técnicas pictóricas, sino que invitan a reconectar con el ser, soltar el miedo y disfrutar el proceso creativo sin juicios.
Pintar es más que un acto creativo: es un puente hacia nuestro mundo interior, una pausa para sentir y expresarnos con total libertad.